sábado, 3 de noviembre de 2012

Las víctimas mortales de la JMJ.

Escribo esta entrada porque veo necesario hacerlo, no puedo quedarme callado ante las sandeces que me dedicaron ayer en Twitter...

Todos conocemos de sobra lo sucedido la madrugada del 1 de noviembre en el Madrid Arena durante la celebración de una macrofiesta de halloween, en la que perdieron la vida tres jóvenes y dos tuvieron que ser hospitalizadas en estado crítico. El aforo máximo del recinto era de 10000 personas, un límite que muchos consideran que fue sobrepasado, además de las escasas medidas de seguridad que hubo entre efectivos y salidas de emergencia, que provocaron (antes o después del lanzamiento de una bengala) una avalancha humana que acabó como ya he mencionado arriba (me da igual que fuese exactamente al 100% así o no, porque no es lo que pretendo analizar).

Ayer, en una rueda de presa tras lo sucedido, Ana Botella declaró que el ayuntamiento no volverá a ceder edificios municipales (como lo es el Madrid Arena) para la celebración de fiestas de este tipo. Ante todo, es una medida que no comparto ni me parece que vaya a devolver la vida a los fallecidos, ni vaya a evitar más accidentes de este tipo, pues blablablablabla podemos afirmar que la culpa fue de la empresa organizadora blablabla. Es algo que tampoco me interesa.

Entonces Twitter, ante la medida de la alcaldesa, estalló en su contra, como estamos ya acostumbrados cada vez que cualquier medida no gusta a aquellos que creen que convertir algo en Trending Topic lo convierte en la opinión general de todos los españoles (o de todo el mundo si alcanza el global). Aún así, tampoco es eso lo que me interesa. ¿Qué me importa pues?

Me interesa que para criticar la medida de la alcaldesa no electa de Madrid, twitter explotó en masa contra la JMJ que vivimos en Madrid en agosto de 2011, describiéndola como "macrobotellón" también permitido por el Estado y que no fue prohibida tras su clausura.



¿Estamos locos? No soy un tuitstar, ni un tuitero medianamente popular, ni siquiera considero mis tuits como un ejemplo, pero mi respuesta a ese comentario fue secundada por 40 RTs (para mí, el récord), y por cerca de 60 menciones discrepando con mi opinión. ¿Qué llegué a leer y qué puedo responder sobre ello?




Comenzaré analizando las respuestas que más gracia me hicieron. Supongo que es lo normal ante el dolor que produce una verdad evidente, pero demuestran el talante, la educación y el sentido de los, llamémoslos, AntiPapas, por ahorrarme otros calificativos que les puedan definir mejor.
Creo que desde ya me voy a ahorrar el ir citando tweets, pero bueno, vamos a ver.
¿Tan difícil es responderme con argumentos que se me tiene que considerar discapacitado o imbécil? ¿Por qué? ¿Por mis creencias? ¿Qué hay de esa libertad religiosa que defiende la Constitución?

Pero tampoco es eso. ¿Qué trauma debió causar la JMJ a todos los antipapas, por no llamarles Rojofascistas, que no son capaces de tolerar las creencias de los demás? ¿Tanto dolió ver a una juventud viva que cree en Dios y en la Iglesia, y lo demuestra a través de un comportamiento ejemplar (1), sin altercados, y sin incidentes de seguridad a pesar de superarse los 2 millones de personas (2)? ¿O dolió más ver que la Iglesia juntaba una multitud mayor a las de sus manifestaciones en contra del Gobierno? Y no lo digo yo. Son ellos los que se dedican a mezclar churras con merinas, tanto en sus manifestaciones como en sus argumentos. Si la manifestación es contra la Iglesia, critiquemos al gobierno regional y municipal del PP, no al ejecutivo del PSOE, que también permite la JMJ (además de su marcha ofensiva y violenta), y además la sufraga, (ojo, según ellos, pero de eso no hablaban...) . Y si la manifestación es contra los recortes del Gobierno central, que también es ahora del PP, da igual, dediquemonos a insultar también a la Iglesia. Y mi intención con este razonamiento no es desde luego hablar de política, que seguro que los rojofascistas que se sientan identificados lo usarán para criticarme y como único pretexto para desarmarme todo lo que viene.

Vamos a contraargumentarme a mi mismo:

1- ¿¡ BUEN COMPORTAMIENTO?! ¡¡¡LOS PEREGRINOS ERAN UNOS BORRACHOS!!! El reportaje de la Sexta los muestra bebiendo y meando en fuentes, y nos dejaron Madrid echo una mierda. Pero vamos a ver almas de cántaro. Entre dos millones de personas, ¿es que no va a haber casos de gente que incumpla la norma? Si establecemos que 2000 personas se dedicaron a eso, que ya es una cifra considerable, ¡seguiría siendo un 1% de todos los asistentes a la JMJ! Y sinceramente, poneros en situación de unos peregrinos, por ejemplo, filipinos, que están en un país que desconocen, no saben el idioma, tienen el alojamiento en un pueblo alejado del centro de Madrid como puede ser Humanes, y yendo en grupos de 30 a medianoche, no tienen muchas más opciones...
2- Si, como hay de todo, habrá gente para la que el que los dos millones de personas sean algo menos, luego eso ya rompe totalmente mi razonamiento, porque estoy defendiendo la JMJ. Las antenas que daban cobertura en Cuatro Vientos a los teléfonos móviles durante la vigilia registraron un millón ochocientos mil terminales conectados. Tengamos en cuenta toda la gente que pudo no llevar el móvil allí para evitar perderlo, todos los móviles que iban apagados ya sin batería después de 5 días, o la gente que no los llevaba, ya por ser de un país africano en el que no tengan, porque vayan dependiendo el móvil del responsable del grupo, o porque simplemente no tenga el roaming de su compañía activado y lo tenga inutilizado. Yo creo que entre esos se superan los 2 millones de personas, ¿no?

Pero bueno, hay gente a la que eso no le convence, y me argumenta via Twitter que los peregrinos, en la marcha del 17A en Sol, les provocaron violentamente y les agredieron a los pacíficos manifestantes. ¿Estamos locos? No me gusta generalizar, pero de la misma manera que para criticar el comportamiento de los peregrinos se generaliza con todos, porque alguno pudo haber que agrediese a alguien o que devolviese insultos, no digo que no, (aunque no conozca casos), pero ¿qué ocurre si soy yo el que habla de las agresiones? Yo no voy a hacer como los de la hoz (así se han definido ellos via TW), que hablan de agresiones sin aportar pruebas. Aquí dejo, a pesar de lo desgastadas que estarán estas imágenes, una parte de las provocaciones que tuvieron que aguantar los creyentes, intimidaciones a las que no entraban.







Quizás me lo he inventado yo, y en esas fotos no se ven provocaciones, intimidaciones, faltas de respeto y a la libertad religiosa, etc. Yo soy muy bueno con el Gimp, si. Y ya ni os cuento lo profesional que es mi estudio de grabación para rodar estos vídeos: Vamos a quemar a la Conferencia Episcopal y esa bandera la vamos a quemar.







Desde luego, los asistentes a la JMJ fuimos muy malos. La guerrilla personificada. Fuimos los cruzados que combatían a sangre y espada en las guerras de religión. Que la Iglesia haya cambiado, que cometa errores, que meta la pata en ocasiones, no lo voy a negar ni discutir.
Que en este país no se respeta la libertad religiosa es una realidad como una catedral. Que los creyentes somos los malos por creer. Porque si unos peregrinos beben, son malos y satánicos, a pesar de que los servicios sanitarios no registrasen ninguna intoxicación etílica. Luego los macrobotellones o macrofiestas, legales o no como las del Madrid Arena, es la verdadera imagen que tiene que ver el mundo. Aunque haya muertos, son lo mejor (y no estoy en contra ni apoyo la prohibición de hacerlas en recintos públicos), pero si unos jóvenes católicos beben, si ese 1% con el que teorizo lo hace, los dos millones de creyentes somos la personificación de Hitler.


Los que se quejan de que los antidisturbios les agreden cuando se manifiestan pacíficamente no es que no recuerden lo que he mostrado arriba, es que para ellos nunca existió. No se puede pasear con crucifijos ni mochilas rojas y amarillas por Madrid, porque es una provocación hacia el estado laico del que presumen.

Los que quizás más me llaman la atención son los que decían que la JMJ se pagaba con 50 millones de euros del contribuyente, que los habían pagado todos ellos. 70% sufragado por los asistentes y 30% de capital privado aportado por empresas patrocinadoras. Quizás me "invente", con los otros 25000 voluntarios, que pague 50 euros para poder serlo. O quizás los peregrinos "no pagaban" un precio de inscripción superior a 200€ para alojarse en polideportivos, y sin incluirles el viaje a España. Y sobre todo, si la queja de la JMJ es el dinero que nos costó a los asistentes, los 354 millones de euros que dejó de beneficio para el país según una auditoria independiente no cuentan para nada. Todo es un engañabobos de la Iglesia para sacar dinero aunque vaya para el Estado, restaurantes, hoteles o para el Real Madrid si a los peregrinos se les ocurría hacer el tour de visita del Bernabéu. Desde luego, amenazar a turistas fue la mejor forma de vender la marca España en un evento con importancia mediática en todo el mundo...

No consiste en generalizar. No es cuestión de ideología política o religión. Es cuestión de libertad, de expresión o religiosa, y libertinaje. Es una cuestión de los derechos de las personas.
Hasta que no se quiten las caretas del odio, los prejuicios y la imposición por la fuerza, aquellos que van a salvarnos de la crisis twitteando desde Sol no progresarán ni podrán convencerme.