Había ganas de poder contar esta historia en el blog, y que alguien la lea. O que yo mismo lo lea cuando ya haya olvidado todas las esperanzas que nos ha dado esta llama tan simple. Y es que después de todo lo que hemos pasado, sin duda ha habido mucho más de lo que he plasmado en el blog mal, deprisa y corriendo (eso está claro) antes de cada match ball que nos disputábamos...
El sueño que teníamos era salir en el anuncio, y ya está conseguido. Lo más divertido de todo fue grabar, aunque también tuvo lo suyo. Lo más difícil fue acabar 5º, aunque nos terminó cundiendo bastante todo el esfuerzo de reunir votos desesperadamente. Lo más intimidante fue el casting. Ir a Magariños, sabiendo que nuestro 5º lugar no valía para nada, sin saber que nos esperaba allí y de qué manera nuestro sueño podía tomar alas y llevarnos consigo, o darnos una patada en el culo y el sabor en la punta de la lengua... Lo peor fue la espera hasta saber los resultados. Pasarse horas conversando con otros candidatos y compartiendo nervios, canguelo, bajones, viendo una y otra vez las fotos del perfil de @actitudazul, sufriendo cada actuación que les emocionaba entre solos de saxofón, raps, canciones, historias de sufrimiento, lágrimas y superación... En definitiva, un infierno que me revuelve las tripas al intentar revivirlo para describirlo mejor...
Recuerdo con melancolía la hora de conocer los resultados y poner punto final a la agonía, tener que esperar varios días más de lo previsto para conocerlos y la decepción que nos causó, quieras o no, ver todos los RTs de la gente a la que habían cogido como secundarios y que, después de todo, se llevaban el trozo grande de la tarta con la que era imposible no soñar en lo más hondo de nuestro anhelo.
Y lo digo como lo sentí. Amargo me supo ver como nuestro esfuerzo quedaba por debajo del azar y la popularidad de otros, y nos teníamos que conformar con ser extras. Únicamente, aparecíamos Miguel y yo en la lista de los ochenta. Y eso nos alejaba de la ilusión que teníamos los 5 de Street Jam de ir a Zaragoza a ver la Supercopa Endesa con el dinero del premio. Un consuelo salir en el anuncio. Una espina salir de fondo cuanto tenemos talento y ganas para más. Un remordimiento de soberbia mezclado con la ambición de haber querido ganar y no haber podido conseguirlo del todo. Y una alegría cuando el teléfono de Carlos sonó y, a pesar de su "gran" actuación pasando la prueba en el Magariños, estaba cogido para ser un extra junto a nosotros.
¿Podría haber sido mejor? Si. ¿Podríamos conseguir más dinero? ¿Chupar más cámara? Si. Pero la satisfacción de haber hecho un pleno, un 3 de 3 con nuestra representación... La alegría de continuar los tres juntos la aventura, y terminarla cumpliendo el objetivo... Saldremos en la TV, saldremos en el anuncio y nuestros conocidos podrán decir ahí están mis colegas...
Acabo esta entrada con la promesa de vivirlo. De disfrutar aquello para lo que hemos luchado. De venir al blog con una historia nueva que contar (si repito alguna cosa sobre el concurso en mis entradas, lo siento, escribo sobre ésto en muchas plataformas y a todo el que me lo pide...).
Y con la palabra de hacer un vídeo mejor que el de Magariños...
Perdonad por la entrada tan larga y las faltas que haya, no me he podido permitir el lujo de repasarla y corregirla. Para vivirlo toca levantarse a las 6:00, y he querido estar aquí con un par de pies para escribirlo a 5 horas de que empiece a sonar el "Bueeeenoooos dííííaaaas de Rocío" ;)
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